Elaboración de Cataplasmas
Para hacer cataplasmas:
Es lo mejor para tener las hierbas de forma aplastada. Mézclalas con agua y harina de maíz para hacer una pasta espesa. Si usas plantas recién cogidas, ponla directamente sobre la parte afectada. Las cataplasmas son muy buenas para la hinchazón, glándulas inflamadas, etc. Nunca re-uses una cataplasma una vez usada. Siempre reemplázala con una nueva. Las siguientes cataplasmas pueden ser usadas con toda seguridad:
Olmo: Útil para combinar con otras hierbas para hacer una buena cataplasma.
Lobelia y Olmo: Una tercera parte de lobelia y dos tercios de olmo resbaladizo. Excelente para sangre envenenada, furúnculos. También muy
bueno para el reumatismo.
Carbón de leña y lúpulo: eliminará rápidamente los dolores de cálculos biliares.
Carbón de leña y hierba: bueno para la inflamación de intestino. Cuando se usa para curar viejas llagas y úlceras, añade polvo de equinácea, sello de oro y mirra, o una pequeña cantidad de los tres.
Hoja de bardana: esta cataplasma es refrescante y secante. Una cataplasma de polvo de raíz con sal alivia el dolor de una herida de un
animal, como la mordedura de un perro.
Llantén: excelente cataplasma para evitar la sangre envenenada.
Ortiga mayor y (wintergreen): Para disolver tumores.
Zanahoria y sello de oro: aplicado en viejas llagas, las curará rápidamente.
Salvia: para inflamaciones de cualquier tipo.
Hisopo: eliminará los moratones.
Las cataplasmas deben ser aplicadas tan calientes como sea posible, y
ser cambiadas tan pronto como el calor se disipe. Resulta inútil volver a
usar la misma cataplasma una segunda vez.