Ser madre

Un domingo, como de costumbre vino a comer a casa mi hija con su marido. Los dos elegantes y enamorados, siempre atentos de lo que puede necesitar el otro para ofrecerselo. Yo feliz de tenerlos a mi lado los domingos y que compartan conmigo sus dichas, penas y alegrías del dia a dia. Pero este domingo mi hija me pregunto:
-Mamá, hemos pensado en tener un hijo, que te parece la idea?

Yo solo pude mirarla y sin tener palabras para ella de felicidad, por la maximidad de la dicha, solo pude decirle:
- Nunca te arrepentirás de ser madre!

Me hubiera gustado decirle las mil cosas que pensé en un instante y hacerle ver que la dicha de ser madre es una experiencia que se vive hasta la muerte.
Que dejará de ser mujer para convertirse en madre. Cuándo lea en los periódicos la desaparición de un niño, lo primero que pensará será en la seguridad de su hijo. Cuándo vaya al lavabo en un restaurante con su hijo, será un momento indeciso entrar en el servicio de señoras y mucho mas al de caballeros. La sensación tan hermosa de ver a su niño acariciar un perrito por primera vez.

Celebrar su primer cumpleaños, no será el mismo cuando celebre sus 20 años. Verle guapo, elegante y feliz el día de su comunión no será lo mismo verle ante el altar casandose con la mujer de su vida. Las lágrimas de desesperación ante una enfermedad, sintiéndose impotente y desear pidiendo al cielo cambiarse por el. Que las uñas pintadas y los pendientes largos, con los finos tacones, los escotes y las faldas cortas se llenarán de polvo guardadas en el baúl porque deberá cambiarlas por bestidos cómodos, zapatos rápidos y uñas cortas para no dañar a su hijo.

Ser madre no es tener un hijo, ser madre no es estar embarazada 9 meses. Ser madre es vivir para tu hijo hasta la muerte, aunque el se aleje de su lado para vivir su propia vida, desde la distancia sin ella saberlo, seguirá viviendo para él.

Me hubiera gustado decirle que las señales que deja el embarazo de estrías o cicatrices de cesárea se convertirán en honor de llevarlas, cuando ahora un granito puede serle un problema de belleza. Qué las noches que ahora pasa despierta por ver una película en la televisión, se convertirán en desesperación por ignorar porque su bebé llora sin saber que le falta o que le duele.

Recordarle las muchas veces que no irá al cine o al teatro por no dejarle solo aunque su hijo tenga mas de 10 años. Hacerle comprender la pena mas grande de una madre no poderle comprar a su hijo un juguete por no tener dinero y que intentará complacerlo con pelotas de trapo. Esa pena no la olvidará. Habrán en su vida mil penas más que marcarán su alma.

Me gustaría haberle dicho a mi hija lo importante de ser madre, de traer a la vida, vida. Sobretodo expresarle que aunque tener un hijo trae consigo muchas penas, también trae muchas alegrías, pero sobretodo decirle que nunca se arrepentirá de ser madre.

Cuando su hijo cumpla los 40 años, seguirá siendo su bebé, aunque su hijo le culpe por tratarlo como un niño. Qué la relación con su marido cambiará, pero no de la forma que ella espera. Ir a la peluquería se convertirá en una aventura.

Muchas veces tomará decisiones dolorosas por el bien de su hijo y lo verá llorar culpándola de no hacerle feliz, de no ser una madre buena, pero hasta eso ella sabrá que su dolor será aun mas grande que el que siente su hijo y reconocerá que enseñar a su hijo será el oficio de maestra mas duro y doloroso que jamás haya imaginado, pero tambien con los años será el mas gratificante.

Por eso todas estas cosas que me hubiera gustado decirle lo resumí en pocas palabras... Nunca te arrepentirás de ser madre!.